Tuesday, August 31, 2004

Alli van los borregos...

Aquí van los borreguitos del sindicato de electricistas y del IMSS marchando...como si no supieramos el tipo de prestaciones que tienen sus lideres sindicales...para mí, lo único bueno que ha hecho éste gobierno son las reformas a la ley de pensiones a los trabajadores del IMSS..ojala se siguieran con los electricistas y con los petroleros...




Pendenciero...


Mañana es el cuarto informe de gobierno de Vicente Fox, tradicionalmente en los ultimos informes, de unos cuantos años para acá, las interpelaciones están a la orden del día, veamos, existen temas pendientes en contra del Ejecutivo Federal, a saber:

1.-FOBAPROA

2.-EZLN

3.-CIUDAD JUAREZ

4.-AMIGOS DE FOX

5.-SANTIAGO CREEL (que por cierto es su delfín)


Veamos, lo interesante es cuantas veces va a ser interpelado por los "parientes" de PRI-PRD, a ver de que suela salen más correas...




Monday, August 30, 2004

Replicas del mundo

La muerte toma siempre la forma de la alcoba
que nos contiene.
Xavier Villaurrutia


(Dedicado a mi novia Elizabeth)


Se vuelve el mundo un círculo tenue,
una muralla donde buscas con insistencia
el consuelo de una cruz oxidada,
un símbolo de redención entre hermanos con sangre transparente.
No hay día en que tus veletas amarradas con sigilo
no anhelen soltarse y viajar libres
con anzuelos de poder
en el fondo de los ojos como rúbricas en el cielo.

No existe haz de luz
que no invoque imágenes tuyas danzando bajo la sombra
de pétalos y corolas descarnadas por el aire,
en el presagio de tu padre muerto sobre un Gólgota improvisado.

Es el mundo una trampa donde descienden las hojas
desde una rendija olvidada por el tiempo en su movimiento grácil,
una comunidad donde tus fuegos destruyen el punto de no retorno,
un embudo con materiales de tristeza que se corrompe en el instante].

El poder de manipulación de la izquierda mexicana....

Está claro que la izquierda mexicana, o sea, el Partido de la Revolución Democrática, se parece en todo a su abuelo, al Partido Revolucionario Institucional, las mismas prácticas de acarreo y borreguismo; por fin Lopez Obrador nos comunicó a los mexicanos su proyecto alternativo de nación para que México entre a las ligas mayores del primer mundo...el PRI y el PRD son como dice una canción del engendro de Juan Gabriel..."te pareces tanto a mi... "...dicen los que saben que Vicente Fox es un presidente débil y sin fuerza, objeto de mofas,etc...lo bueno es que si llega Lopez Obrador a Los Pinos en el 2006, le devolvería a la institución presidencial la fuerza de antaño...pues se ha visto que sus características son las de varios ex-presidentes...autoritario,populista,mentiroso y altanero...ese es el "rayito de esperanza" para los mexicanos...digo...








Todos somos Lopez Obrador...será cierto???

Recorte..tomado de www.heroesycanallas.blogspot.com

Aquí va la segunda parte...


lunes, agosto 23, 2004

Recorte 2
.Ah pa recortito....El asunto fue así: Vino un "consultor" de una empresa llamada Ontology training. Este señor vino para hacer un diagnóstico de la empresa y de los empleados. Su visita fue no sólo para diagnósticar, sino sbretodo para vendernos unas cuantas ideas que de lo tramposas y burdas no vale la pena describir aquí. Baste decir que en esta empresa su libro de cabecera es "Conversaciones con Dios". De hecho, se llaman a sí mismos "Equipo para el despertar de la humanidad" (tssss, y yo que pensé que los jovenes escritores eran presuntuosos). Una de las barrabasadas que soltaron fue:*Los empleados prefieren la motivación psicológica a la monetaria.*El objetivo de las empresas es ser rentables....Sin comentarios..Ah, y aunque no recortaron a nadie, nos soltaron el chorito de que "quien no se adapte a la nueva visión de la empresa" se tendrá que ir.

Apa´recortito...

A continuación reproduzco un post tomado de www.heroesycanallas.blogspot.com ( con su consentimiento, claro está)respecto a la situación en la empresa en que ambos laboramos...


jueves, agosto 19, 2004

Recorte
.Me lo acaban de decir: el lunes próximo habrá recorte de personal en la empresa. No creo encontrárme entre los elegidos (me acaban de mandar a un curso y estoy viendo varios proyectos), pero aún así no puedo evitar sentir un malestar en el estomago y las manos sudorosas. No falta quien me pregunta quiénes son mis candidatos, algunos compañeros hablan de "la quiniela". Yo guardo silencio e intento sonreir, aunque no sé si lo consigo. Los dueños argumentan que buscan cambiar la imagen de la empresa y mejorar la productividad de los empleados. Y aunque como ya dije, no creo formar parte de quienes se irán, hago una lista de las razones que podrían tener mis jefes para deshacerse de mi:.No soy muy sociable..Sólo utilizo traje y corbata cuando hay que ir a ver a un cliente..Discuto cada que algo no me parece..Llego tarde constantemente (no más de 10 minutos, pero igual es un retardo).No tengo "disponibilidad" para trabajar horas extra o fines de semana si no me pagan como marca la ley..Soy muy poco "diplomático" con el departamento de ventas (no los bajo de pendejos levantapedidos)..En las fiestas me voy temprano y no me gusta bailar..Cuestiono los cursos de "superación personal" y "relaciones humanas" a los que nos mandan.Carájo... leyendo la lista anterior ya no estoy tan seguro de mi permanencia en esta empresa.Así que si durante la próxima semana no ven actualizaciones en este blog, ya pueden imaginarse por qué


Lo siento...

Por éste conducto quiero perdirle a mi novia Elizabeth una sincera disculpa por mi errático comportamiento del sabado y domingo...se me pasaron las copas, perdon por favor, estuve diciendo muchas estupideces y desafortunadamente eso ya no se puede arreglar, lo dicho quedó ahí...perdon Eli por favor...

Friday, August 27, 2004

El mejor disco de heavy metal...

La mejor banda de heavy metal de todos los tiempos...




...y el mejor disco de heavy metal de todos los tiempos...obviamente de Judas Priest...







Se dice que en diciembre de éste 2004 saldrá a la venta un nuevo disco de Judas Priest con Robert Halford en las vocales, una prolongada ausencia en las vocales desde el excepcional Painkiller de 1990, que incluirá tentativamente un DVD con material en vivo en Barcelona...un verdadero agasajo.
Así, Judas Priest trata de darle a sus fans algo similar a lo hecho por Metallica, Deicide, Cannibal Corpse...material adicional en DVD...larga vida al heavy metal...




Gracias que es viernes...

Después de una jornada semanal intensa se viene el fin de semana...mañana reaparezco en las canchas de futbol después de una prolongada ausencia, por la tarde iré a una fiesta con mi novia, a ver si no me pongo muy chachalaco, juar, juar, juar...

Una de bronce...

Bronce para México...Iridia...



De nuevo plata...

De nuevo al tae-kwon-do le da una medalla de plata a México...



Thursday, August 26, 2004

El peje lagarto...

Como siempre, Andres Manuel es inmolado por el vengativo y terrible Vicente Fox...



La política mexicana me da risa...


Si la belleza

Si la belleza fuera proporcional al talento deportivo, Ana Gabriela seria una perdedora innata, juar, juar, juar....



Wednesday, August 25, 2004

Por cierto

Me llamó hoy mi hermano Alejandro diciendome que sino me interesaba una computadora nueva...le dije que si pero que estaba bien erizo,bien endrogado...pero me dijo que me la iba a dar a cambio de que le quemara mis aproximadamente 300 discos compactos originales de heavy metal...que les parece?...ahora a ver si mis hermanas se mochan con la conexión telefónica,para usar el internet,aunque bien me podria conectar desde mi iusacell, aunque no sé,tendría que preguntar cuales son las tarifas, a ver si no me la dejan caer con la factura...

Que poca...abuela...

Me acabo de enterar sin cierto escalofrío y eso leyendo el blog de mi compañero Rodolfo de que existía el rumor de un recorte de personal el pasado lunes...algo oí al respecto pero no hice mucho caso,pensando que eran rumores infundados...ahora comprendo todo el chorizo que noa aventó el mono ese que vino a darnos el curso de "visiones de las empresas actuales" ó algun rollo parecido,creo que más que nada esos cabrones quieren tenernos agarrados de los guevos para hacernos más productivos y chingarnos más...pero a las vacas sagradas no las tocan,hay mucha impunidad aqui, cabrones y cabronas que hacen lo que se les pega la pinche gana y como son "indispensables" no les hacen nada...a ver que sucede en las semanas proximas...ya les contaré que pex...

Gracias Belem...

Esto demuestra que a pesar del nulo apoyo al deporte mexicano por parte del gobierno federal, algunas mexicanas y mexicanos de excepción logran destacar a pesar de y contra todo...



De reptiles...

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia....


La lengua de la tierra

Quisiera haber nacido de tu vientre,haber vivido alguna vez dentro de ti,desde que te conozco soy más huérfano.

Tomas Segovia


Una noche donde la esencia de los árboles
invita a diluir
en la hierba figuras blancas que crecen
sobre avenidas en la piel,
donde las chimeneas son amantes
que estrechan sus manos
y dibujan rotaciones de humo entre las rocas.

Mosaicos que acortan distancias
y se convierten en alternas realidades.

Esperanzas nocturnas
que ensombrecen la epidermis,
palabras ascendiendo sobre los hombros
y a través de tu himen blanco,
un pueblo húmedo que estalla
como un rumor sordo desde tus pies
hasta una carótida abierta entre las milpas.

La savia de tu vientre anegada a un conjuro de luz
y sus brotes oscuros en la lengua de la tierra.

Deseo continental

Quiero nombrarte emperatriz de éste mundo,
la dueña de todos los ámbitos y especies existentes,
soberana de la maldad
y sus esferas de carne, nostalgias y embudos flagelados.

Serías el primer rocío del amanecer tras levantarte
de tu lecho de tules y mandrágoras,
una figura tersa que alimenta los pezones de las vacas,
las gargantas de canarios en sus nidos de hilos invisibles
y el bullicio de la hierba al recibir llamaradas de calor,
aguas condensadas en lagrimas citadinas.

Estaré en la última línea del desfile,
en los campos de perversión que las palabras pudiesen inyectar
a tus movimientos de oruga
y actitudes con presagios de sol y sangre-miel.

Sinceramente...

Sinceramente me he enterado recientemente de muchos malos rollos aqui en mi trabajo,existen varios empleados que son bien barberos y que por lo mismo le echan tierra al que se les ponga en frente,si alguien sabe como contrarrestar ese tipo de actitudes les agradecería que me dijeran como...muchas gracias...

Mi novia y yo

Aqui nos encontramos bailando y amandonos locamente con locura...



Este soy yo en el estado en que me gusta estar...



Rumor de vivos

My birthday began with the water-
Birds and the birds of the winged trees flying my name

Dylan Thomas


Hoy es el primer día del naufragio,
las colinas lucen grises
y una multitud entusiasmada recita poemas
y toma café en portales agrestes;
nieve que cae en una región templada
de un país enamorado del clima
y fragancias que deposita en ristre el viento.

Me fugué en la bandera que sostienen
mis hermanos peregrinos,
trompetas con su desgarrador hilo de música en citas diáfanas,
sillas en formación de escape envueltas de estrellas.

Hemos ingresado a la noche
y su compás nos guía por callejones hirsutos;
venimos buscando cadáveres en las aguas salvajes,
los cuerpos de nuestros demás hermanos,
de nuestros padres y hombres mestizos,
cuerpos de mujeres con cempasúchil en los cabellos:
seres sin vida como souvenir
y señal de nuestro paso por el mundo.

¿Dónde descansa la flor humeante,
la llama eterna de los días interminables,
en donde yacen las mesas donde solíamos discutir
la existencia de otras galaxias
y las colonias que posiblemente nacieron en un ojo oscuro?

Hoy partiré el tiempo con una guadaña,
quiero encontrar
el féretro que me pertenece por vocación,
deseo encontrar mi nombre en la voz de una virgen piadosa
al timón de un barco embravecido por sus marinos moribundos.

Encontraré mi nombre en un monolito del mañana.
Así sabré que no fui sólo rumor de vivos.

De albas

As cool as the pale wet leaves of lily-of-the-valley She lay beside me in the dawn.

Ezra Pound


Abrí la mano con todos los sentidos a mi alcance,
despoje a la luz
de su rostro por una insensatez nocturna,
tuve el canto de un colibrí
y la albura de un durazno en el oído,
la germinación de una lámpara a través de mi párpado inmóvil.

Atestigüe cuando la aurora se desligó de su prioridad genital,
cenzontles al acecho de árboles sin raíces,
bugambilias en el sendero como mudos guardianes.
Tú, sólo tú buscabas en ese rincón de declaraciones ambiguas,
tú y un manantial sobre arbustos y recodos con clemencia y gratitud,
tú y blancas tundras alrededor de los puntos cardinales,
tú y yo a la conquista de alianzas secretas.

Te hablé de ciertas regiones
donde fuimos protagonistas de ritos formulados
por sacerdotes expertos,
tú y yo en la propagación de simetrías y valles profundos,
tú, sólo tú
devolviendo pequeñas formas de agua al alba inerte.

Mujer en la playa

Porque tu eres puente, porque tu eres el rumor de las aguas.

José Carlos Becerra


Porque vienes de un cautiverio
en donde las palabras son desiertas y difuntas,
un lugar donde las arenas se intuyen,
y las provocaciones son hilos que mecen verbos
en la solicitud del paraíso.
Tus manos son orfebrería circular,
en la frente llevas el raciocinio de aves y mamíferos,
tu nombre es una cresta que levita en los umbrales
de lo que llamamos “vida interior”,
la que sostiene lo único palpable en éste mapa de gaviotas.

Visitante de playas tangibles,
eres el rumor sobre moradores que te conocen
construyendo nidos de pájaros sobre zorzales húmedos.
Tienes en el hombro un cesto de frutas
con el que extiendes puentes sobre la incursión de nubes,
una exigencia solidaria en la amplitud de olas futuras,
la primavera con una rosa en tu presagio de sal.




De ausencias


Cada palabra es un sitio para mirarte,
cada palabra es una boca para acercarme a ti.

José Carlos Becerra


Vivo en medio de sombras ungidas por dunas blancas,
paisajes en donde las multitudes
se reciclan en su propio lamento de infortunio,
el agua formando un ángulo
con la sed fraguada por siglos de ausencia y carnal plenitud.

Me siento a mis anchas en éste vergel de cobre
diluido en imágenes de mujeres tristes con sus rostros
desvanecidos en el cielo, un espacio para intuir
una distancia inverosímil
entre la potestad
de una caricia y una mirada de amargura.

Las puertas de mi casa se abren
y el viento golpea muebles y alfombras,
el polvo acumulado en matices opacos
y huellas de herrumbre;
quizá siempre sea éste mi hogar con sus vitrales vacíos,
rastros de lagrimas en la mesa de noche
y en el ungüento para curar mis heridas intimas.

Todo eso cuando tú no estás.

Amor amante

Tu piel es partidaria del mar,
del mar que canta entre las manos del cielo.

José Carlos Becerra


Amo el archipiélago
en que tu sexo encalla con una brisa de amante fugaz,
el concierto que se abre en primavera
y las ausencias diurnas
que cruzan sus pétalos sobre tus manos calladas,
calladas como sombras en el vértigo de sus puentes.

Amo la cabaña que te resguarda del primer rocío,
las hiedras que esculpen figuras
a la entrada del día y destellos de aserrín,
el rumor de madreselvas y copulas
anegadas a sus huecos, las cicatrices al penetrar la lluvia
sobre el dibujo de tu vientre, el pescador
que nubla los espejos suscritos a las falacias de los conspiradores
y al servil propagador de tus huellas en el mundo.

Amo el espacio en que tu carne zozobra con los vértices
que se vuelven jardines en el clamor
de mi sangre, la lujuria del sol entre la danza de tus hombros
y su martirio en un eje de luz.

Amo el relieve de tus besos diáfanos,
la espontaneidad del útero cuando las noches
no se distinguen de los días, la veleta que navega en el horizonte
cuando sus amarras
te sostienen en la extensión del mar que te corrompe y relumbra.

Amo el vaivén cuando despiertas en medio de ínsulas
y liberas mis anclas de un maleficio antiguo,
cuando las olas te descubren y arrastran hasta el oído de tu primer amante.

Palabras y nubes

Te busqué entre nichos de sol como primaveras ardientes,
sobre tus manos un puñado de luz fugándose hacia vergeles irrepetibles.
Era tu sonrisa una metamorfosis del cielo
cuando la aurora giraba entre la esquizofrenia del frío
y mi voz en espirales con rezagos luminosos.

Un enjambre de viento contuvo las interrogantes
en tu sendero sobre hilos de angustia,
la pausa entre el rumor de mariposas y sus movimientos frugales.

Vagabas entre guitarras de agua y páramos de sombra
en el fondo de una caricia muerta y sus contornos de mármol,
tus labios entreabiertos con una señal de luto
construyendo nubes, deshaciendo oscuras palabras...

Tus formas

Asumo la simetría de las estaciones como una forma ambigua
de explorar las paredes de tu alcoba,
el rumor de la madrugada entre la oscuridad y la luz,
en la palidez originada por horas de asueto y el tacto de mis manos vengativas.

Es el arte que seduce a las especies más ecuánimes,
los eventos que se repiten cuando se descubren sombras
sobre el límite de actitudes herejes,
cuando encuentras el equilibrio más denso
en la intimidad de tus guardianes.

Todo parece conducirme a ti,
a las líneas que surgen de los rincones del mundo
y que se interceptan en las zonas más neurálgicas de tu reposo,
avispas dulces
con su temeridad de caída libre
y sobriedad de organismos multiplicándose con precisión geométrica.

Tus formas confluyen en universos diminutos
hacia el espectro que se diluye por todas mis ventanas.

Premonición de abril

Te escucho tras el reflejo solar de mis sienes,
una ausencia sin fuerza y con sabor de llanto enterrado en el ojo,
la desnudez que embarga a un hombre y una mujer
cuando se enlazan con un pacto de violencia entre dos fuegos.

El nocturno cae en ramas de suave circulación,
sus alas dormidas en el rito del viento, la magnitud
que las sombras de la estación ocultan detrás de su revolución fugaz.
Hallé en ti el lamento que los hombres
ciñen en sus vientres cuando la primavera explota y las hojas del silencio giran
y forman perfiles halagüeños en los vestigios de las tardes,
la época en que caíste a la pleamar
de un ser sin vida y con ansias de usurpar tus labios abiertos por la derrota.

Estás destinada a ocupar un lugar en la navegación de la noche,
un lugar en mi corazón con residuos de otoño premeditado, una alforja
de sonidos que hace quebrar las distancias en hemisferios iguales
e indistintos, un eco que anuncia la conjunción del océano,
el presagio de un combate a las orillas del mundo.

De regreso en negro

A Luis E. Prieto

Aquél es tu mundo.
En él confluyen oráculos de sangre, miradas frías,
auroras y pastizales de silencio, un pudor
que arrastra entre sus manos a las dos elipses clandestinas del cielo.

No es pecado poseer el instinto de supervivencia sobre el amor
a nuestra madre,
la que solloza cuando el sol muere bajo su regazo conspirador
y construye insignias en tu rostro incendiado,
el renegar del que con su muerte apagó la sed
por conquistar nuevos emblemas,
los pájaros sacudiendo sus plumas cada vez que miras de reojo
la cruz con tu nombre grabado como un epitafio recurrente.

Es un destello en la oscuridad del mar, entre tu boca
y los labios de una mujer con los cabellos grisáceos,
es ése mundo el que gira sobre un vórtice negro,
una máscara con el aliento salado, un crepúsculo en tu frente
que surge desde la dureza del agua.

Es el regreso a la virtud original, a su trayecto empírico.

A tu rutina transparentemente esbelta.



Una vez en alta mar

Reconozco el secreto que brota de ti, destruido.
Ola que se cimbra mientras duermes,
cuando tus párpados se enlazan a su membrana oscura de nostalgia.

(Soy un pez ebrio que se transporta detrás de ti, tambaleándose.
Crezco al amparo de tu navegación salvaje,
donde tus brazos derrotan la resistencia de los puertos,
la mirada que trasciende sus carabela ambiguas).
Así moldeo la carne que reafirma tus caderas,
las que emergen como sustentación de seres alados
a su estanque de clamor y luz.
No existe el tiempo en ese hábitat oculto,
adelfas esperando una señal, claro matiz
en su constitución acuosa,
tu cabello conspirando contra el halito en alta mar,
el arrecife que soporta la blancura y su vaivén
enardecido con zozobra de buque.
¿Qué nos depara éste volumen en el globo,
en donde estuvimos juntos
que la respiración retiene la simbiosis
en el cubo, la inercia que nos traslada
a una nueva incursión en el sonido de la plataforma auriazul?

De nuevo, detrás tuyo, tambaleándome
en el espacio entre mi nariz y el liquido que gotea tu garganta
de triple
cascada,

ahí donde la supone mi ojo de pez somnoliento.



El mar

A veces el mar golpea ahí donde las cavernas se llenan de luz,
historias narradas con propiedad y lucidez,
turbas de hombres que forjan sus destinos a través de playas
desconocidas e insalubres, muelles destinados
a satisfacer configuraciones de lívido reflejo y dolor continuos.

Desnudos ante los elementos naturales
el agua penetra por los poros de la piel e invade la intimidad
del corazón, llagas al acecho de los remanentes diurnos,
la sangre que acude a borbotones
ante cualquier herida abierta por las espinas sobre nuestros hombros.
Somos una raza pequeña incluida en la tierra angosta,
en la franja terrestre preñada en neblinas extranjeras y timones rojizos:

lo indeseable está en nosotros, en el ojo ciego que se incrusta en el alba
y nos aleja del centro del movimiento,
en nuestra imagen que asciende y se borra lentamente...

Eres

Clava una rosa su espina
en el océano que arde con embestidas diáfanas,

torbellinos

que agitan la marea
en trigales
con claros profundos y esbeltos.


El atardecer es una ola rebelde,

una curva y su presagio

de tormentas y resacas

grutas indefinidamente azules

mármoles en la cresta del viento amorfo.


La sangre se agolpa sobre las ventanas de la duda,

las orillas de un puente aciago

en manantiales sin regreso ni cauce.


Tú eres

una voluta bosquejada

en sucesiones repentinas por la superficie sollozante.

Arde el mar

Arde el mar con su plenilunio de azules
y cascabeleos en las espumas del incipiente invierno.
La noche se estremece ante constelaciones
que guían trazos de luz a sus sumideros concéntricos,
ahí donde las aguas se mezclan y regresan
a sus propios ríos de vida, salutaciones naturales.

Del otro lado me aguardas
con una bandera de brisa entre las manos,
las playas que extraen los sentidos
de tus nostalgias
en cada golpeteo,

las horas esfumándose como una criba
sobre tus silencios,
vaivenes in crescendo sobre las olas,

en las sustancias alrededor de los infortunios

que entorpecen a las mareas oscuras.


Te busco

Vengo a buscar un vacilante rocío entre las copas
de árboles madrugadores.
Altivez de pájaros y su desnudez
sobre troncos embalsamados de aserrín azul.
El estío oscilante arrancando lluvias desde sus raíces.

Tengo la certeza de encontrar un ramal cubierto
de cenizas inclementes,
una laguna donde esconder el rostro de lívido origen
ó algún mortal desaliento en las aspas del alba.
Detrás de ti me encuentro en la penumbra,
en un eje simétrico a tus voces de angustia,
a las piernas indefensas a mis embates perennes.

Te amo en la noche que descuelga polvo estelar
de constelaciones subsecuentes y laberintos magros,
el firmamento atestiguando la lucha
entre la oscuridad más densa y el filamento de luz más luminoso.
Tañidos de una campana de bronce
incentivan a la sangre a regresar a sus albores,
a las primeras casas que se construyeron
con arado, bueyes y milpas completas.

Tú estarías ahí detrás de cada piedra, en cada semilla,
en los cerros distantes y en la sonrisa que el agua extiende
por los ramales inmersos en sus iglesias negras.

Tu mirada

Tu mirada es un ritual en mi playa púrpura,
una espiga transparente en las manos de la aurora,
señal inmutable sobre el agua,
de tus anchos ríos y cauces.

Tu voz es ciega cuando se asoma entre palmeras,
los susurros que increpan al viento
su voracidad sobre la superficie,
tu interior que se apaga como una vela de cabo tibio.
Extiendo los brazos para palpar tu torso en el oleaje,
pero te desvaneces
con parsimonia de gaviota,
un albatros que te busca en cada extracto de la inmensidad ámbar,
en los granos que se tocan al azar entre sus bordes.

Intuyo tus nostalgias en las divisiones del mar cuando
la marea sube y se lleva los guijarros con tus huellas.

Habitación sombría

En el extremo de mi alcoba
pernoctan sombras irradiando retenes ,
resistencia al adulterio
y ópalo de miel meditabundo.

El espejo que devora el remanente de una noche
que aún no nace.
Sexo que despierta en zozobra,
redoma inoxidable de luz y albedrío sin sustento:
La noche ciega desarrolla su agonía junto a mi pesebre.
El silencio es el refugio de tu piel,
redención de un instante con las sienes del olvido.
El insomnio provoca celos, rigidez de libertad.
Es la imagen que circunda el altiplano,
el cubo en el cuál
la copula suspira su discurso :

Si tu eres el vapor que el arroyo
de sangre invoca, soy el río, el hombre de la calle gris,
su multiplicación
a lo largo de tu desierto y oasis improbables.
La luz reinventa el día,
sus manos abren la ventana,
y juntos salimos a esparcir
el rumor,
la habitación inmóvil
y su vestigio de plasma azul.
Es el duelo de la muerte,
la nostalgia de su emblema?

Alguien conoce lo que existe detrás de aquel sollozo ,
ingravidez, purulencia?

Quién espera con paciencia la fisura
en mi lenguaje ,
caricia demente por la alineación de su momentúm,
esferas rotas en la palma de la mano y el circuito
de calles sin trayecto?

No hay luz ni sombra en la longitud que nos precede.
No hay derrame ni solución que desquicie
las entrañas de la almohada.

Sólo reflejos en el marco de la puerta,

cerrojos en la amplitud de su distancia.


Hoy es octubre

Hoy es octubre
y una serpiente de humo ocupa mi pradera
con la estirpe calcinada.

Espigas consumidas por ese incendio lejano.
Pájaros en su ciclo de rojo amanecer.
Sombras en ristre con mis párpados vacíos.

Mujeres transitorias proclaman esa ubre melancólica.
Huellas sin amor ni señales de humus.
Besos en conjugación con guadañas entre los dientes.

Con frecuencia vislumbro esos estíos en parajes paralelos.
Antorchas de agua y monopolios de otoño.
Un reloj para cuantificar astillas de luz
que me deslizan a circunferencias sin rumbo.

Aquel mes se intercala como labrador de hambre, la garganta
cubierta de agonía, lagrimas que caen
en un viento de cáscara dulce y alcohol de caña gris.

No quiero ser poeta, pero hoy es un buen día para cambiar de piel.

Discurso a una noche en el campo

Busco el amor en claros erguidos por noches bizarras.

La luna es un espejo donde las constelaciones surgen
en su infranqueable musgo estepario.
El caos enarbolando un ritmo cínico, costura de palidez
con sus arpas de hojas sueltas.

No quedan baúles en que no busque la intimidad de un retrato,
una mujer inexistente en cuyo tronco el viento y sus ramajes
no toquen sus fibras intimas, moldes hirvientes de locura.
Extraviado el sendero que nos separa del himen como
costras y limones adheridos a la carne ,
al rostro sin expresión, falanges que gritan una onda vibratoria
en la espesura de ese marco frágil.
¿Dónde estará aquella grieta que succiona los lamentos
y alebrijes como colisiones sin fin?

Demos paso a la oscuridad inundada por vegetaciones vírgenes
en su punto más álgido. El más oscuro.

Pero en algún lugar habrá brillo. Todas las rosas tendrán sus nombres
inscritos debajo de sus raíces y en la milpa que las fecunda.

El nocturno se hace más cerrado y mi corazón lleva una amapola
a manera de estandarte que lo hace más feliz , menos entristecido.

Es una flor vil en el campo abierto.




The outsider

No puedes verme. Soy un extraño para ti.

Sin embargo, mi corazón te alberga con esencia y maderas puras;
ahí recolecto tus rasgos entre sombras intercaladas y raíces.

La enfermedad no ha tocado tu campana de ámbar,
el corcel afloja las riendas ante la espuma de tus pies y la amatista de sus arcos.
Los elementos de la noche exhibiendo su ingravidez pasmosa.

Solo la marea de tus ojos puede compactar el espacio más denso.
La luz de otoño se torna humo cuando tus párpados se difunden en la malograda urbe,
las palabras en conspiración con tus labios belicosos.

Nada de ti es mío
pero por tu vientre circula una corriente diurna, nubes sin llovizna.

El río de mis manos que ansían detenerte con sus flujos horizontales.

Como si tus gemidos (absortos en el agua) me pertenecieran.

Ultimo silencio

No hay luz pura
en el ultimo vestigio del silencio.
Eje danzante que abre el espacio como mitades huecas.
Como madrigales de ceniza.

¿Alguien quedó en aquel volumen
entre el frío y la flama,
en aquella fuente luminosa
surtidora de arroyos y pasto quebradizo con ciénegas de voz?
Todo es oscuro.
Gorriones que caen en busca del pétalo azul,
madejas de peces escapando de su simbiosis
y escondiéndose detrás de la copa de los árboles.
Lo irreal tornándose agua y lo estéril
como un impulso entre los labios y dientes.

No queda luz en el párpado vacío de la noche.
La mirada se desliza como espiral en los astros
más lejanos de la sangre,
el discurso se apaga y las manos se atrofian.
Caemos de bruces y nada nos detiene.
Ni siquiera el sueño.

Las islas también son nuestras

Hoy tocaré tu islote fugitivo,
ese archipiélago de musgo suave,
intenso color verde
y transparencia en las mallas
de un pescador levitante y casco multiforme.

Soy astrolabio que expande perfiles,
líneas que rotan
su influjo vital en la atmósfera carmín.
Poseo la virtud
de irradiar tu vapor al malecón oro,
vínculo que no duda ante la veracidad de su visión.

Vamos a guiarnos de las aves y sus brújulas
hacia la tierra del fuego.
Incrustémonos en sus alas y hagamos
una migración de barro y madera fértil :

vamos a parir la marea desde su fundamento
allá donde descienden las olas con su encaje difuso.

De frente a la interfase
dos lamentos en la bandera de la brisa.
Amantes como arena dulce.
Sexo como fragancia de sal en la monotonía azul.

La fuga del silencio

Nadie evitará la fuga del silencio,
degradación de un misterio que carga a cuestas
la estatua de tu rostro :

El que devora las pupilas de su oscuridad en serie.
Impulso y giro vago en su carótida celeste.

Sólo la neblina conoce del imán de tu tallo
y mi mano fraudulenta.
Escarcha que el sonido recoge
en un abanico de luz y un albatros inexpugnable.

Geometría en un compás de espera seductor,
lengua que seduce a la palabra gris,
sensibilidad sin huella en la explosión de un botón de agua.
Tu rostro constituye
una estatua con su magnitud estrellada,
amor de un año y su rigidez de fuego:

El silencio adyacente
a una estela turbulenta bajo la metralla de mil horas.
Estatua y revolución en cuatro ojos como océano sin sal.


Primer silencio

Rueda el silencio en su rama más espesa.
En la constitución de su energía.

Luz dilatada en un abrir y cerrar de párpados.
Un cuadro óptico en su destello más ambiguo,
estelas que anuncian la degradación de dos cuerpos.

¿Qué nimiedades conquista un volumen
con voluntad de retener ecos en el agua ,
palabras que ocultan la sencillez que la mirada
atrapa en su capullo de golpe azul,
relato de ciénegas y caída de un relámpago turbio,
realidad que exaspera la unidad en su torrente
de fuego y peces oscilantes?

Así hablamos del silencio y su metamorfosis
en pasto incandescente,
coro de sustancias que arde al aire en cuatro zonas:

Es el émbolo en su garganta de inmundicia estéril.
Como dos flamas que arrinconan la ceniza y sudor
en sus bigornias de paisaje roto.

El verano en llamas

El verano en llamas
busca las claves en tus senos
-enamorado de la espuma del aire
y de sus besos en relieve-

Tierra adentro todo es frágil :
huellas de elefantes
adornan senderos
como un cristal de zafiro blando,
su centro vibrante
que labra miniaturas grises
simulando orgasmos perpetuos.

La estación recoge la paz canela
derramada
en tu vestido de poros agua-miel,
al libre albedrío de tus rincones púrpura,
el clítoris abierto al cinturón con nubes
que transitan libres
hasta el rincón de su martirio.

Interrogaciones

Háblame de ti, del tiempo en que estabas inmersa
en el vientre de tu madre,
de las risas que provocabas al caerte entre tu andadera
y tus pañales rojizos por la dulzura de los dientes.
de cómo te inmolabas ante el presagio del verano,
tus quinceaños y el primer amor, amor de lobos.
El secreto entre tus muslos
y la flor negra de tus primeros días.

Quiero saber de ti,
del brillo de tus ojos ante el amante
que te perseguía por crepúsculos sedientos,
las noches en que tus padres
te obligaron a repasar versos de una hora,
el veneno para las hadas y sus madrigueras de sol,
vino y esencias corruptas.

Háblame de ti, de la premura con la que envuelves los besos
que asoman en tus labios
brillando como gemas prohibidas,
de cómo te masturbas con la imagen
que yace junto a tu lecho, el fermento del que se ha ido.

Jornada astronómica

Quiero dar testimonio a los hombres
de tus enes y tus zetas
desnudarte ante ellos como una niña
para que todos se expresen con acento puro.

Homero Aridjis


Me hubiese gustado conocerte antes que las piedras
caminasen por su libre albedrío,
antes que las nubes absorbieran sus jugos embalsamados
por jornadas de sequía y néctares de silencios,
cuando las aves
eran caballos disfrazados
de unicornios y pétalos color ámbar.

Me hubiese gustado oírte pronunciar frases de aserrín
y cascabeles de sombra a la deriva,
horas de asueto en que los niveles de la ciencia eran ángeles
con patrimonios entre los surcos de la tierra,
bueyes tirando de sus arados a la búsqueda del oro
y patrones con que medir hogazas de maíz y cañas de azúcar.

Me gustaría que estuvieses aquí entre sílabas de trazo hondo,
tu figura de niña en las transparencias de mujeres que cosen
bolsas de cuero y crestas de gallos taciturnos,
la incidencia de tu voz
en la longitud del tiempo que se arremolina en el horizonte
y retrasa el atardecer con chispas de azufre en las mejillas,
tu rostro llamándome
sobre una fisura en el firmamento.


Las armas de los dias

Así como las armas de los días
se vuelven un contingente pálido ante los ojos
y los gorriones emprenden sus vuelos
hacia usufructos de cobre y tierra virgen.

Así mis manos toman una parte de ti
y la moldean con sílabas diminutas,
aristas que forman cubos
donde las lluvias fermentan nubes en vaivenes
y espejos de una raza violenta,
marmitas de ciruelas y pilas de naranjas,
un amor enclaustrado y sus formas
como llamas eternas sin combustión,
oxido ó diamantes entre los moldes.

Así los días se fugan con el corazón
abierto a tus pezones trémulos
de multitudes verdes, de oraciones que no existen.

Emergen tus manos de la sombra

Emergen tus manos de la sombra
con las cutículas embalsamadas por un himen ambiguo,
una fisura vertical recorriendo tus llanuras y terraplenes extranjeros.

Tu cabello enciende la palidez de un occidente gris
cuando se concentran en el aire
fantasmas de adobe, jaguares con mensajes en las garras,
crines de caballos inexpertos cuyas historias
son rúbricas como tatuajes en el pubis;
tu presencia inunda las cabañas con ungüento blanco,
sabor a hierbas e incrédulos médanos.

En tu morada susurran cedros y robles
al compás de una música lejana en la construcción del cenit,
el producto de savia y la viscosidad salvaje
que penetra en tu cintura
de grabados firmes, tabla rocas y vellos rubios,
un cardumen de abejas brillando en el fondo de tu vientre.

Tú y las ballenas

Ahora tengo que irme.
Te dejo a solas con tus ballenas
urdiendo sílabas al agua bajo la luz de la demencia.

María Baranda

*
Hoy te hablaré de un mundo extraño,
de una balsa perdida en la inmensidad azul,
un torrente que atraviesa solares baldíos y sargazos
en el fondo de las entrañas.

Sé que no podrás comprender la magnitud del desastre,
el cielo rojo, las ballenas surcando las aguas
sin indicios de sal bajo las quillas,
arpones clavados en el corazón del cielo,
sus perfiles a la caza
de nuevos rumores bajo sus filos;
es el amor que se termina a un solo golpe
entre remos incandescentes, un cardumen
que revira su ímpetu
al encontrarse con nuestras redes rabiosas.

Sólo silencio encontramos al final
de la estación violenta,
sahumerio entre los cascos y azotes
bajo la escafandra del crepúsculo,
la pleamar estéril
sobre el mundo que surgió bajo la impunidad de una frase,
un no rotundo ante la terquedad de tus ojos,
picaportes de ensueño y arcabuces sin pólvora,
la propagación del gozo en la densidad de tus muslos
quemantes, el mar embravecido.



Los dedos en la llama

Mujer que llenas la atmósfera con humo blanco,
humo que asciende con el silencio de la urbe,
donde los fugitivos dialogan sus secretos y buscan
sus bocas forjadas por agua seca.

Llueve.

El luto acorta la agonía entre tus senos,
la fruta que germina en el centro de tu gozo
se torna diáfana, su forma
es huella en el cielo que rota en ciclos fluviales
y descansa su amplitud en ondas de codicia.

Llueve en tu torso y mi pueblo es el descendiente de tu albura,
el viaje fugaz por la piel
y los escombros que quedan por la insensatez
de un nombre, los dedos sobre tu llama.

Déjame

Déjame colocar astillas en los murmullos
que el viento deshace sobre tu cuenca virgen,
hogares donde el agua
cae desde su centro de angustia y flota
a la vera de un riachuelo con sollozos en relieve.

Eres el magma que recupera las horas,
el eco donde tu voz reverbera
atrios insolentes de lloviznas y musgos
encadenados al silencio de una fábula inconclusa.

Déjame respirar de tu aliento las palabras
confundidas entre sigilos de pueblos blancos
y auroras superfluas, el reflejo de una nube
que avanza
y se detiene con un presagio roto,
un haz de huellas usurpando el color de los follajes.

Palabras y Máscaras

De todos los encuentros posibles elegí la rosa naciente
sobre el roce de tu vigilia,
la imagen de una virgen emulando espirales bajo los brazos.

Fue ese rumor a través de tu frenesí oscuro,
suspiros que amarraban soledades sobre un amanecer cautivo,
sabanas que se volvieron pastizales grises
y hordas de bestias impotentes, sombras con una mueca
en el mentón y fuego entre los ojos;
danzabas como un venado ebrio ante el desdén
de una luz piramidal, la interfase
entre el silencio y las exclamaciones apresuradas.

Nunca podrás mencionar el país de tus mentiras
porque tu rostro no es el mismo que conocí durante el sueño:
es una máscara con residuos de palabras bajo la piel.

Mi Madre muerta

Acostumbro visitar a mis muertos
cada que el sol esconde su rostro de angustia
y se enreda entre murmullos de brisa quemada.
Voces en el pavimento que la piel libera como ceniza en los labios,
el presagio de seres entristecidos detrás de un portal sin cerrojo,
y la aparición de mi madre
envuelta en llamas con una duda resbalando sobre los dientes.

Es el otro mundo una pirámide donde la nostalgia fluye
aguas arriba, las ensoñaciones son cuentos de hadas
cuando ejércitos de hormigas aparecen
y arrastran consigo las huellas de las manos.

Yo soy la circunstancia lacerante con cada cambio de estación,
el escenario que armoniza con el despertar
de gallos en el albor de un sueño voraz y perenne.
Soy el que agoniza cada que alguien pronuncia mi nombre
y duda del silencio atrincherado en mi corazón de papel.

Visito a mis muertos cada vez que mi madre surge
y aparece con su vestimenta translúcida,
el sol descansa y ella se precipita a la puerta
llevándose las llaves entre las grietas de sus pies.


Agua Quemada

Al árbol que te da la vida conviene cortarle
las ramas expuestas
a la voluntad
de un día que vuelve marabunta en el espejo de mi frente.

Vamos de regreso al agua,
al agua quemada en sus resabios de barro,
la turbulencia que galopa
entre tus manos con actitudes liquidas
y azafranes dormidos.

Crecemos a la sombra
de un árbol con cicatrices vagas,
hojas ceñidas sobre la luz del verano circular,
en la navaja que corta al tiempo
cuando súbitamente se abre
y se arremolina en tus ojos obscuros.

Clase 2004

Las campañas de floresta recién comienzan.
Multitudes que en vano sacian en la luz
sus preguntas con manivelas de frases alternas,
verbos que se fugan con jaulas de pájaros asesinos.

Es la clase del 2004, los más elocuentes
reunidos con el saber a sus espaldas,
mujeres con la tarea de fecundar pieles morenas
y la raza mestiza con todo el ímpetu en sus vientres.

La hora violenta se acerca, llamaradas de vinagre
y especias se arremolinan y preñan los días
oscuros en girasoles masacrados por cuervos de limón,
garras de chocolate y cervezas con fermentos dulces,
vacas sin leche en los pezones , delfines
con voces de alarma y las mareas a su máximo frenesí;
es la tromba sin misericordia que azota a las ciudad
y sus sepulcros matutinos, bustos de especies ilustres
a la búsqueda de zorzales desiertos, batallas sin tregua,
fetos sin rostro
escupiendo pólvora hacia Dios, el mártir
de los últimos días de Diciembre, el esclavo de nuestros genitales.

Las hormigas recorren el desierto

Las hormigas recorren el desierto
con grandes lozas en las espaldas,
su olfato es la brújula que desciende
a valles de círculos azules
y migraciones con movimientos vetustos.

Ser integrante del clan es la tarea del individuo,
el pasaje a universos clandestinos
donde el agua es estéril y los hombres son motores
cuando el alba enmudece hasta tornarse
eco y signos de luz en medio de formaciones rocosas,
las llanuras bosquejando espacios
opuestos a los sentidos elementales y ansias de aire.

Las noches son juncos de alegrías
en las telarañas de insectos blancos;
ser hormiga es pernoctar a la vera de un árbol con raíces
rencorosas, un sabor extraño en la lengua
cuando el sustento se vuelve una albura de carne
y huesos con una etiqueta en la frente.

Las hormigas recorrerán el desierto
trotando al ritmo de una ejército tenue,
un canto tan ambiguo como la palabra “mundo”
ó una frase descompuesta, un decir “te amo”.

Bitácora de Navegación

Vamos a sumergirnos en el mar
cuando las mareas salten de sus cuevas
y arrastren consigo la magnitud
del tiempo que se nos viene encima.

La luz boreal en el caracol gris
de noches antárticas,
cigarras de tierra adentro entonando serenatas simples,
un vigía en las crestas de las olas
abriendo surcos en las sales
y en los timones nacarados de negras espumas;
es tu cuerpo el que acaricia esa parte de la arena,
la voluptuosidad del mar que canta
y se abre
al siseo del aire, a la expansión de sus recuerdos.

Nunca llegaremos a la virtud prometida en las bitácoras
de los navegantes, nunca el cielo derramará sus crines
sobre nuestros brazos solícitos,
nunca el océano será nuestro, jamás la espiral de tus ojos
verá un ancla en las profundidades de mis sienes.